La firma noruega Opera es conocida por su navegador homónimo, tanto para PC como para dispositivos móviles. Y es en el terreno de los celulares donde históricamente le ha ido mejor, gracias a un funcionamiento (sobre todo con el Opera Mini) en el que el navegador simplifica y comprime las páginas Web que visita el usuario, para agilizar su carga vía 2G o 3G.
Lo que hace Opera Max es conectarse con los servidores que Opera tiene, y que son los encargados de procesar contenido popular para reducir su tamaño. Así comprime la información que descarga el teléfono, lo que redunda en dos beneficios. Por un lado, como es menor la cantidad de datos que descarga el dispositivo, éstos se cargan antes en el teléfono. Al mismo tiempo, esto hace que se consuman menos datos del abono mensual de acceso móvil a Internet.
Pero Opera Max no es un navegador: es una herramienta de uso transparente (es decir, se instala y no se vuelve a ver) que actúa como intermediario entre las aplicaciones del smartphone y el contenido online, y es quien gestiona las descargas comprimidas. Desde hace unos meses no sólo reduce los datos descargados de una página Web: también es capaz de comprimir la información que recibe el teléfono al ver un video en YouTube, Netflix o Instagram.